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lunes, febrero 26, 2007

Una princesa pura y virginal llamada ciencia ficción

Erase una vez había una princesa pura, virginal, sin mácula alguna que se llamaba Ciencia Ficción. Un día llegó de repente y por las buenas un caballero malvado y tenebroso llamado estudios literarios y así tal cual la violó viciosamente y la dejó echa unos zorros.

Pero resulta que esta princesa acaso pudo ser una pavisosa en una época de tediosa simplicidad, la de Gernsbank y Campbell, que es básicamente una reunión de adolescentes masturbándose en circulo a ver quién termina antes (como hacen los nacional-liberales patrios). Y luego llego la gente como Asimov y A.C. Clarke, con su aura científica (en realidad paracientífica, de divulgadores en libros y en la tele) y Heinlein, el príncipe del hágalo usted mismo (y según el marxistus maximus Fredric Jameson, el mejor escritor de CF de la historia, helas!). ¿Era virginal la princesita para entonces? Quien sabe. Vamos a creernos que sí.

Pero luego pasaron cosas. Lem, un judío oriental culto, escribe en Solaris una obra que es imprescindible leer a la luz del sublime kantiano (que de una forma u otra alguien como él había de conocer), y que es interesante comparar con la obra de otro judío oriental contemporáneo, Levinas; llego un tío, Delaney, que terminó dando clases de literatura comparada en Amherst College, que es una institución prestigiosa, y que se sacaba de la manga juguetes metafictivos como Nova y la cosa esa de Dhalgren (que ríete de Gravity's Rainbow) y mencionaba a Derrida y otros sospechosos habituales; Ursula Le Guin, hija de uno de los antropólogos estadounidenses mas importantes de su generación y que se inspira en parte en ese catedrático de Oxford llamado Tolkien, ese tío que para crear a los Ents se inspira en el castigo a los suicidas en el Infierno de Dante y en el primer verso de una elegía anglosajona del siglo décimo sobre las ruinas romanas de Bath; William Gibson, licenciado en literatura inglesa empapado de Pynchon que en el momento en el que describe por primera vez la realidad alternativa del ciberespacio menciona los origami... exactamente igual que hace Proust al describir su entrada en la realidad alternativa de la memoria involuntaria; Kim Stanley Robinson, que estudió con Frederick Jameson; gente como el australiano Damien Broderick, que escribe ficción y tiene un estudio sobre Delaney como ejemplo de CF posmodernista, publicado nada menos que en Routledge y en el que menciona a Derrida y a toda esta gente; Dan Simmons, que usa a Chaucer y a Keats en Hiperión pero sobre todo te da seis pastiches (a veces parodias) de distintos géneros literarios, una de ella (la de Weintraub) un cruce entre la Metamorfosis y el Génesis. Etc.

Entre los autores de mi tesis tengo a un tío mexicano que estudió semiótica y que me ha obligado a leer a mas Lacan del que querría leer en toda mi vida porque precisamente el titulo de una de sus novelas es un concepto lacaniano y todo va sobre el espejo, el doppelganger, Narciso y su puta madre. Y otro, Carlos Gardini, se gana la vida traduciendo a gente como Derrida o Shakespeare y en sus novelas reescribe figuras centrales del canon "rioplatense" (el Facundo de Sarmiento, el Ariel de Rodo, el Tlon de Borges) y usa la figura del vampiro para meterse con el trauma, lo abyecto y el testimonio en el contexto postdictadura de una forma tan rara que aun no me aclaro.

¿Qué quiero decir con todo esto? Que van provocando. Que se visten como putas. Que si hubo un tiempo en el que la CF era de una virginal pureza (yo diría de un insufrible primitivismo), la cosa se ha ido refinando y ahora la ciencia ficción exige las mismas lecturas que la ficción a secas (como si alguna vez hubieran sido cosas diferentes). ¿Que la hermenéutica es una forma de violencia? Po sí. ¿Que no gustan como funcionan los estudios literarios hoy día? Po fale. Pero éso es otra historia, y afecta a toda la literatura. Por tanto, que dejen de contar cuentos para críos de seis años.

Claro que también pasa otra cosa. Dice Aldiss al principio de su historia del género que solamente alguien que sepa de CF y de literatura universal puede escribir tal historia. Se puede achacar a muchos críticos que no son fans que revelen su desconocimiento de la CF, que metan la pata o que se den al onanismo mental de forma gratuita; pero otra cosa muy diferente es que el lector fan que no lee nada aparte de CF se ponga molesto, celoso, agresivo, porque venga alguien y le eche a estos autores el polvo intenso y merecido que están pidiendo a gritos y que el fan que no ha leído mas que CF, y muchas veces de la menos sofisticada, no puede ni siquiera concebir. La noviecita linda y pura de cuarto de EGB se te ha vuelto todo un zorrón y no te has dado cuenta. Acéptalo y no llores, igual al final hasta lo acabas disfrutando...

En cuanto a definiciones, la que mas me gusta por concisa y elegante es la que suelta como de pasada Ursula Le Guin: "la literatura que usa el futuro como metáfora". Incompleta y equivocada como todas, pero a su manera perfecta.


*Se refiere a Pepe Rojo y su libro Punto cero