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miércoles, febrero 09, 2005

So you wanna be a pornstar?

Siempre he soñado, como la mayoría de los hombres, en ser un pornstar. Tener la penosa y dura labor de cojer con bellas y voluptuosas mujeres (algunas sólo voluptuosas, y otras sólo mujeres) como actividad profesional. Pero también, como la mayoría de los hombres, si tuviese una oportunidad real de realizar tal sueño, creo que sólo aceptaría en una próxima vida. Y no, el problema no sería mi falta de musculatura o de otros atributos físicos. Aunque aquí entre nos les cuento que eso de los atributos físicos no es la cualidad que directores y productores buscan en sus male performers, sino la capacidad de eyacular cuando se les ordene, y de prolongar la erección el tiempo que sea necesario -cuenta una leyenda urbana que Catherine Breillant (dierectora de Romance) le puso a Rocco Siffredi una condición para incluirlo en su polémica película: mantener una erección durante 4 horas!! La razón de mi rechazo sería el rítmo de vida. Quiero decir que me concozco, y que a pesar de tener un trabajo más o menos estable, y aparentar ser alguien decente, soy un tipo dado a los excesos. Y en un mundo como el de la pornografía, mundo de tiburones y pescaditos, lo más seguro es que los excesos hicieran de mí una piltrafa. Además ¿cuando se ha visto un(a) mexican pornstar? Ok, a algunas actrices les falta muy poco. Y aunque muchas de ellas encontrarían su verdadera vocación y gozarían de verdadero exito (a diferencia del ridiculo que hacen en los distintos medios -vease Niurka, Ninel Conde, Liliana Lago, et al.), tampoco existe una industria, como tal, en nuestro paìs.

Pero tampoco vamos a negar que existe oferta. Una serie, cada vez más variada, de producciones underground que van desde los infames videos: Hoteles de ________ (poner aquí la Colonía de tu agrado); hasta los Relatos eróticos mexicanos que se venden en los puestos de periódicos y que incluyen un VCD con videos porno nacionales. Y la creciente existencia de esta oferta nos muestra que existe una demanda que no se conforma con la perfección corporal de Sylvia Saint o Rocco Siffredi.

No hace mucho platicaba de esto con algunos amigos. La necesidad de convertir una actividad underground en una lucrativa empresa nacional. Cosa dificil de concretar dada la hipocrecía y doble moral que impera en el país. E incluso, haciendo ejercicio de imaginación, analizabamos las necesidades que habría de cubrir antes de pretender filmar o producir un film porno medianamente decente. La plática se perdió entre copas y, como toda buena plática, deribó en otros temas. Caso cerrado.

Pero no fue así. Meses después, y por separado, 2 de estos amigos me propusieron que planearamos en serio eso de la pornografía. Aunque hablar de ello y hacerlo es cosa muuuy diferente. A ambos, también por separado, les expliqué las trabas que tendríamos, la dificultad de conseguir performers, los riesgos sanitarios, los problemas de tipo legal e ilegal que podríamos enfrentar, las broncas de distribución, y etc. Ninguna de mis razones amedrentó a mis camaradas. Uno de ellos incluso habló de invertir sus ahorros, que hasta el momento estaban reservados para fines más nobles, si yo aceptaba tomar el asunto con seriedad y encargarme de planear todo el numerito.

Días después, y nomás por puro curioso, aproveché mis conectes con el bajo mundo para proponerle a cierta amiga (una mariposilla callejera de 20 años, llegada a la ciudad desde Chiapas) ser la estrella de nuestra primera película. La propuesta se la hice luego de una plática en que me confesara que ganaba muy poco. ¿Te atreverías a salir en una pelicula porno? Le pregunte. ¿Cuánto me darías? respondió así, directo y a la cara. ¿1200? dije, por decir una cantidad, ya que no esperaba un sí por respuesta. Orale, me dijo. Le prometí avisarle cuando todo estuviera listo.

Ya le avisé a mi cuate, el que propuso invertir, y aún estoy en espera de su respuesta. Mientras tanto pienso en la logística, en exámenes médicos, en la posibilidad de hacer de esto algo real. Pienso en esa película con Charlie Sheen y Emilio Estevez, pienso en Boogie nights. Y sí, también pienso en cosas menos agradables como el VIH, la carcel, la trata de blancas, el pago de impuestos, y en que debo dejar este post y ponerme a trabajar en cosas concretas y menos sordidas. Pero quién sabe, tal vez en otra vida. O como dirían los Hooters: Another time, another place; another world in any case.

5 Comments:

Blogger nacho said...

Una erección de 4 horas... por favor, ya saben mi número. Je. Qué onda, saludos desde Beautyfulville. Aquí vistando y leyendo.

4:23 p.m.  
Blogger logovo said...

Nunca he visto un porno mexicano - hmmm - hasta este momento no se me habia ocurrido.

Suerte con el proyecto, pues aunque no se llegue a hacer esta interesante. Hacer el video no se me hace seria tan dificil como la distribución. ¿Conoces a alguien que te ayudaria?

11:02 a.m.  
Blogger Rodolfo JM said...

humphrey: pos no, no tengo tu número, pero tengo tu mail ;)

logovo: sí, hacer el video no sería difícil, abunda el porno amateur y casero; pero comercializar y distribuir, es decir: hacer una empresa... eso sí ya está cabrón. Además se me hace que es nadar en aguas peligrosas... no sé. a ver qué pasa.

11:29 a.m.  
Blogger j. said...

Hace mas de 5 años, en Nuevo Laredo tuve justamente esa misma idea. Tres amigos platicamos y creo que habíamos, de alguna forma, encontrado la forma en hacerlo verdaderamente lucrativo.

Creo, tengo por ahí notas (documenté gran parte del proceso "creativo"), pero supongo que debieron quedarse en NuevoLaredo. Nunca lo concretamos. Pero es atractivo.

Suerte, Rod. Manténnos al tanto.

3:04 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Nice dispatch and this mail helped me alot in my college assignement. Thanks you on your information.

2:33 a.m.  

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