20 segundos

A era una estupenda amante, muy guapa además. Nunca me dijo su edad, y yo, que soy malo para estimar esas cosas cuando la dama en cuestión rebasa los 25, le calculaba 40, puede que 42. No se lo pregunté. Poseía muchas de esas cosas con las que un tipo como yo puede fantasear: piernas largas, nalgas rotundas, ascendencia francesa, conocida y exitosa en su medio laboral, culta, y casada con un profesionista de más rancio abolengo que el de ella. El encanto se rompió cuando en un arranque de sinceridad me explicó por qué me había elegido como amante:

Antes de casada tuve todos los amantes que quise, ya después no me han faltado oportunidades: amigos, compañeros de trabajo, y hasta mis alumnos... son bien lanzados, vieras. Yo podría andar con quien quisiera, pero te elegí a ti. A tu edad no hubiera andado contigo, bueno, sí, 20 segundos; pero entonces no apreciaba las mismas cosas que ahora.

Con que 20 segundos. No le pregunté cuáles eran esas cosas que ahora apreciaba y que a mi edad no, aunque me hice una suposición a la que no creo muy disparatada. Sí, ya sé que su comentario era una especie de cumplido, pero a partir de entonces empecé a poner pretextos para no verla. Por supuesto, terminó por cansarse y me mandó a la mierda. Total, ella podía andar con quien quisiera, y yo... tal vez dentro de 15 años sepa apreciar esas cosas que ahora no.

OST:Juliette & The Licks - 20 year old lover.mp3