Instead of absent friends
We'll raise our glass to absent friends
To those we wronged we'll make amends
Procol Harum
To those we wronged we'll make amends
Procol Harum
La vida te da sorpresas (sorpresas te da la vida). Lo sé. Lo dijo un viejo filósofo que más tarde sería castrado por su club de fans más radical. Para mí estos últimos días han estado llenos de sorpresas. Es increíble como un año atroz me muestra de pronto su sonrisa. No una burlona, ni salvaje. Una sonrisa de reconocimiento, dulce, casi de viejos amigos. Sí, porque estas sorpresas parecieran venir de algún lugar que yo imaginaba extinto y al que, siguiendo aquella recomendación* de Miguel Ríos, pensaba no volver.
Y sin embargo volví. Sólo que yo ya no soy el mismo, ni el lugar es el mismo; los viejos amigos también cambiaron. Hay hijos, noticias, ausencias, y sobre todo recuerdos. Recuerdos que tampoco son ya los mismos, la memoria y el tiempo, ese monstruo cabrón, los han corrompido. Quizá nunca dejé mi ciudad y mi familia para ir a perseguir pájaros fantasma; quizá nunca sentí ese dolor en el pecho, quizá no me perdí una y otra vez en selvas y desiertos, quizá no hubo amores desdichados, ni quedan heridas abiertas, ni nos destruimos tan concienzudamente. Tal vez nada de eso sea cierto. Quizá todo lo he imaginado, o mejor aún: lo vi en una película de la cual he bloqueado en mi cabeza toda otra información.
Maybe Philip K. Dick was right.
Hoy en la mañana, por ejemplo (todavía disfrutando las sorpresas de los últimos dos días), tuve otra sorpresa más: en el metro, a dos pasos de mí estaba una mujer a quien conocí hace casi 10 años. Su cara era la misma, aunque el cuerpo correspondía a la madre de varios niños. La miré por un segundo y voltee la cabeza. Un mensaje llegó a mi cerebro, uno con picture attached, que decía: sí, es ella. Giré otra vez la cabeza, y supongo que a ella le pasó lo mismo porque nuestras miradas se encontraron por unos segundos. Recordé las mentiras, las llamadas anónimas amenazándome y molestándo a mi familia, el falso embarazo, los chantajes. Fue sólo un momento, tan breve que no dio espacio ni siquiera a un gesto de reconocimiento, un: sí, soy yo. Entonces me bajé del vagón. Y me sentí feliz de que el tiempo pase, de que las cosas cambién, de que los que fuimos alguna vez seamos otros el día de hoy. Sigo feliz. Procuraré seguir así.
pd.- Héroes y canallas, el podcast 01, estará listo este viernes.
soundtrack del día de hoy: We used to be friends - The Dandy Warhols
*Al lugar donde has sido feliz es mejor que no trates nunca de regresar (Miguel Ríos - El blues de la soledad)
Y sin embargo volví. Sólo que yo ya no soy el mismo, ni el lugar es el mismo; los viejos amigos también cambiaron. Hay hijos, noticias, ausencias, y sobre todo recuerdos. Recuerdos que tampoco son ya los mismos, la memoria y el tiempo, ese monstruo cabrón, los han corrompido. Quizá nunca dejé mi ciudad y mi familia para ir a perseguir pájaros fantasma; quizá nunca sentí ese dolor en el pecho, quizá no me perdí una y otra vez en selvas y desiertos, quizá no hubo amores desdichados, ni quedan heridas abiertas, ni nos destruimos tan concienzudamente. Tal vez nada de eso sea cierto. Quizá todo lo he imaginado, o mejor aún: lo vi en una película de la cual he bloqueado en mi cabeza toda otra información.
Maybe Philip K. Dick was right.
Hoy en la mañana, por ejemplo (todavía disfrutando las sorpresas de los últimos dos días), tuve otra sorpresa más: en el metro, a dos pasos de mí estaba una mujer a quien conocí hace casi 10 años. Su cara era la misma, aunque el cuerpo correspondía a la madre de varios niños. La miré por un segundo y voltee la cabeza. Un mensaje llegó a mi cerebro, uno con picture attached, que decía: sí, es ella. Giré otra vez la cabeza, y supongo que a ella le pasó lo mismo porque nuestras miradas se encontraron por unos segundos. Recordé las mentiras, las llamadas anónimas amenazándome y molestándo a mi familia, el falso embarazo, los chantajes. Fue sólo un momento, tan breve que no dio espacio ni siquiera a un gesto de reconocimiento, un: sí, soy yo. Entonces me bajé del vagón. Y me sentí feliz de que el tiempo pase, de que las cosas cambién, de que los que fuimos alguna vez seamos otros el día de hoy. Sigo feliz. Procuraré seguir así.
pd.- Héroes y canallas, el podcast 01, estará listo este viernes.
soundtrack del día de hoy: We used to be friends - The Dandy Warhols
*Al lugar donde has sido feliz es mejor que no trates nunca de regresar (Miguel Ríos - El blues de la soledad)
Etiquetas: Blast from the past
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