Google

martes, octubre 02, 2007

Ñoño es mejol!

Supongo que eran chinos, pero no estoy muy seguro. Siempre se me ha dificultado identificar el acento. El caso es que llegaron al puesto y miraron las playeras: Mauricio Garcés, Tin Tan, El Santo, El Chavo del 8, Don Ramón, Kiko y La Chilindrina. Agarraron algunas y con exclamaciones que nosotros tomamos por entusiastas empezaron a medirselas y a preguntar el precio. Cien pesos. Dijo Ray, convencido de que el kitsch es lo de hoy y de que nadie como los orientales para confirmarlo. Los chinos empezaron a buscar sus modelos preferidos. De aquí sale para las chelas y la lasaña, pensé. Entonces uno de ellos, el que mejor chapurreaba el español, nos preguntó si teníamos de Ñoño? ¿Ñoño? Nunca se nos hubiera ocurrido sacar un modelo con su imagen, tampoco se nos ocurrió que el chale preguntara en serio, de seguro, pensamos, quiere quedar bien mostrando sus conocimientos de TV basura mexicana. No, de Ñoño no tenemos, le contestó Ray. Entonces, con una sonrisa cercana a la pena, el chino nos devolvió las playeras al tiempo que nos decía agitando las manos (para que nos enteráramos): ¡Ñoño es mejol!

¿Recuerdan el cultivo de cubensis que iba tan bien? Sí, ese que pasó la prueba de las contaminaciones y que ya se había ganado un casing? Pues ayer feneció. El casing iba de maravilla, el micelio ya comenzaba a asomar sobre la superficie. Y era de un blanco perfecto, algodonoso. Entonces descubrí lo que parecía una mosca de la fruta en una esquina... Pero si la fructificadora estaba bien cerrada, pensé. Y entonces, en una de las orillas del casing, (¡el horror el horror!) vi una pequeña larva blanca retorciéndose de emoción. Abrí el pan y... la superficie inferior del casing estaba llena de larvas!!! Los expertos de shroomery dicen que eso me pasó por no esterilizar el compost el tiempo suficiente... Así que rompi el pan, lo desmenucé y a quitar toda la parte contaminada. Tiré más de la mitad. Con lo rescatado hice dos casings pequeños y los metí en la fructificadora. Y aún así no tengo la seguridad de que alguno vaya a salvarse. Si un puto huevecillo se me fue... Adiós cosecha. En fin. Nada mejor para aprender que este tipo de errores. De cualquier manera, ayer mismo preparé un par de panes más y de nuevo a cruzar los dedos. Shit happens.