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lunes, julio 10, 2006

Durmiéndo con gárgolas

Independientemente de lo que dicen las televisoras, y la mayoría de los diarios, lo que pasa en el país me recuerda ciertas fiestas en las que depués de una noche de excesos, al día siguiente se despierta no sólo con una cruda increíble, sino también con espanto: a nuestro lado, muy dormidita y desnuda, una gárgola a la que ni siquiera el más corriente de los alcoholes podría hacer pasar por mujer. Imagino el espanto de empresarios y ciudadanos que, con tal de librarse del pejechamuco -ese peligro para México- apoyaron a... quién? Cómo se llama el chaparrito ese, peloncito, de lentes? Y como en dichas fiestas, el horror no termina al despertar, hay que enfrentar a la gárgola, convencerla de que el vodka barato tuvo la culpa, soportar la burla de amigos, la cruda moral, y, como lo más seguro es que no se haya usado preservativo, enfrentar ese suspenso en el que nos preguntámos si la gárgola no tendría alguna enfermedad venérea, o sí no intentará chantajearnos con un supuesto embarazo. En este caso, y de confirmarse el "triunfo" de FECAL, la cruda moral durará 6 años. Y durante todo ese tiempo no habrá peje al que culpar.