Various positions

El niño gusano

Lo admito, nunca me ha terminado de convencer El niño gusano. Muchas reseñas dicen que se trata de uno de los mejores y más influyentes grupos en la historia del pop español, se habla de la profundidad y surrealismo de sus letras, de la deliberada y bobalicona forma de cantar. Lo cierto es que de vez en cuando les doy una oportunidad más... pero nada. Eso sí, luego de escuchar el disco homenaje (Pana, pijama, lana) que le hacen varios grupos e interpretes... sólo puedo decir: wow. Supongo que se trata del síndrome Bob Dylan, es decir: cualquiera que interprete tus canciones lo hará mejor que tú. No sé, pero yo no me canso de escuchar Papel de regalo, Un viaje a la Luna, Tolkas, El fabricante de alas de mariposa, y otras joyas bizarras. ¿Que quieres escuchar de qué estoy hablando? Ok, haz click aquí para una bonita sorpresa.

Terrorismo laboral


En la empresa en que laboro todos practicamos de una u otra forma el terrorismo laboral. Desde el departamento comercial y la unidad de valuación, que parecen arenas en las que se entablan guerras de sonideros: Rocio Durcal vs Intocable vs The Doors vs Mana vs Shakira vs Lacrimosa vs José José... (nótese el gusto exquisito y ecléctico), todos sonando al mismo tiempo y a un volumen que en el tiangüis no nos sorprendería. Ni qué decir de la papelería, hay que ver cómo se desperdicia en impresiones de modelos (femeninos y masculinos), letras de canciones de el Buki mayor, logotipos de equipos de fútbol, memes, y demás basura virtual. Eso sí, cuando necesitas carpetas para algún proyecto no hay y tienes que salir por ellas a la papelería. O el papel de baño. Por la mañana se pueden ver los rollos nuevecitos, para la hora de la comida queda menos de la mitad. ¿Cagones? No. Es de pena ajena admitirlo, pero no falta quien arranca su ración, misma que va a parar al cajón de su escritorio e incluso al baño de su casa. Yo no puedo quedarme atrás, y aunque escucho mi música con audífonos, no utilizo papelería de la empresa para cosas personales, ni me tomo la mitad del papel de baño por "si acaso", tengo que reconocer que sólo orino en los lavamanos.

Me against you


La polarización que vive México hoy día no es nueva, si acaso se ha exacerbado. No se trata de pejistas vs fecalistas (perredistas vs panistas), o culturosos vs coolturosos; tampoco se trata de pobres vs ricos... La diferencia es más profunda y más simple, aunque no es fácil de explicar. ¿Cómo va a ser fácil explicar el comentario sardónico que hace el repartidor de agua a la seño de la cocina donde como, al ver mi camisa marilla, y señalarme con un gesto? ("Esos pinches perredistas se creen mucho, ¿ya vio que quieren anular la elección?")O los hijos de mi vecino, que con una llave rayaron 2 autos que estaban en el estacionamiento del edificio, sólo por llevar calcomanías de apoyo a López Obrador? ¿Cómo explicar que aquí en la oficina llamar a alguien perredista es ya peyorativo? ¿Cómo explicar que en estos días la mejor manera de terminar mal una relación es discutir acerca de quién ganó las elecciones del 2 de julio? ¿Cómo explicar la profunda desconfianza que muchos tenemos en las instituciones y medios de comunicación oficiales? ¿Cómo explicar el odio de tantos regiomontanos, y norteños en general, por la gente del sur del país, en particular los chilangos? Quizá baste decir que el infierno son los otros, que lo distinto nos reafirma, que existe una historia de rencores y desigualdades que nos está pasando la factura, o que el género humano da asco. Whatever. En cualquier caso, las diferencias son cada vez más profundas y, esto queda muy claro, se necesita muy poco para hacerlas brincar con violencia.