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martes, agosto 15, 2006

Lunes 14


Por la mañana, al salir a trabajar, veo que ya no están las cortinas en el departamento de a lado. De hecho, la ventana está abierta y se puede apreciar que no hay nadie, ni un sólo mueble. ¿Y la fiesta de ayer? ¿Y los nuevos vecinos? Ahora entiendo: alguien, con toda seguridad la administradora del edificio, aprovechando que aún no se ocupa el departamento, lo utiliza para sus reuniones personales. Qué interesante. Yo en su lugar organizaría una fiesta monstruo: luces; lineas blancas y tarjetas telefónicas sobre mesas de centro con cubierta de cristal; botellas de vodka, tequila y ron sobre la barra de la cocina, interminables litros de cerveza; high energy ochentero a todo volumen. Por supuesto que no conocería ni a la mitad de la gente que allí estuviera (aunque con gusto compartiría un popper con las dos chicas rape party style del fondo, seguro que compartimos la misma idea del amor). Al final, serían las siete de la mañana, le prenderíamos fuego al departamento...

Mientras espero a que suba por mí el elevador (vivo en un séptimo piso) me olvido de mis fantasias squater y observo que la araña que vive junto a la lámpara del pasillo ya no está. Es curioso, pero eso me preocupa. Ojalá que la señora del aseo no la haya matado. Tengo ganas de emborracharme, en serio, una soberana peda. Tengo ganas de estar en la playa. Tengo ganas de esnifar coca, de matar pandas, de envenenar los ríos e incendiar las selvas. Quiero respirar fuego.

Por el momento me voy a trabajar.

1 Comments:

Blogger rojo uno said...

deja que se atraviese un encendedor en el camino y...

8:15 a.m.  

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