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jueves, septiembre 28, 2006

Imaginando Moscú

El mundo que imaginó Stalin es impresionante. Comenzaría con una ciudad, Moscú, que habría de ser una obra maestra de la arquitectura, muy apropiado para la capital del primer Estado socialista del mundo: una ciudad que habría de encarnar en un sistema unificado de carreteras y monumentales edificios los ideales del socialismo. Fueron decenas de arquitectos los que participaron en la convocatoria de Stalin para diseñar la Rusia soñada. El proyecto no concretó, los acontecimientos históricos, especialmente la guerra, y el costo que implicaba la utopia, lo hicieron imposible. Pienso en un museo dedicado a las ciudades imaginarias, las ciudades que no fueron, que no llegaron a ser: Agarta, Mü, Macondo, Comala, Arkham, El dorado. En ese museo habría una sala dedicada a Moscú. Y una todavía más grande, dedicada a las ciudades en que vivimos, también imaginarias, invisibles, muñecas rusas de un estado no soviet.