Departamentos de interés social
OST: The Arcade fire - Neighborhood 2 (Laika).mp3
Los departamentos de interés social son sólo eso: palomares. Sin embargo hoy, para hacer que resulten atractivos, hay que ponerles acabados de lujo, alfombrarlos, ponerles interfon y dotarles de características más snobs que la revista Letras libres, como nombrar a cada edificio, en vez de numerarlos o identificarlos con letras, como si fueran ciudades europeas (Viena, Amsterdam, Praga)... Pero aunque la mona se vista de seda, ya se sabe, edificio de interés social se queda.
Lo más cagado es ver a los habitantes de estos nuevos palomares creerse el slogan de: departamentos de lujo para profesionistas (sí, ajá). Cientos de licenciadill@s, contador@s, y oficinistas que a sus treinta y tantos aún hablan como fresa ochentero, se extasían escuchando a Ricardo Arjona, Maná, Nicho Hinojosa; y piensan ser la nueva clase media capitalina... (pobres ilusos)
Yo sólo espero que su paraíso artificial -que si no fuera tan chafa bien podría parecer salido de una novela de J.G. Ballard- no se desmorone con el olor a marihuana que a partir de este primero de marzo expulsaré por las ventanas de uno de estos palomares, o con los gemidos de sexo, o con la música a alto volumen, o con las fiestas a deshoras, con que rubricaré mi parasitaria existencia...
Los departamentos de interés social son sólo eso: palomares. Sin embargo hoy, para hacer que resulten atractivos, hay que ponerles acabados de lujo, alfombrarlos, ponerles interfon y dotarles de características más snobs que la revista Letras libres, como nombrar a cada edificio, en vez de numerarlos o identificarlos con letras, como si fueran ciudades europeas (Viena, Amsterdam, Praga)... Pero aunque la mona se vista de seda, ya se sabe, edificio de interés social se queda.
Lo más cagado es ver a los habitantes de estos nuevos palomares creerse el slogan de: departamentos de lujo para profesionistas (sí, ajá). Cientos de licenciadill@s, contador@s, y oficinistas que a sus treinta y tantos aún hablan como fresa ochentero, se extasían escuchando a Ricardo Arjona, Maná, Nicho Hinojosa; y piensan ser la nueva clase media capitalina... (pobres ilusos)
Yo sólo espero que su paraíso artificial -que si no fuera tan chafa bien podría parecer salido de una novela de J.G. Ballard- no se desmorone con el olor a marihuana que a partir de este primero de marzo expulsaré por las ventanas de uno de estos palomares, o con los gemidos de sexo, o con la música a alto volumen, o con las fiestas a deshoras, con que rubricaré mi parasitaria existencia...