Google

miércoles, enero 31, 2007

Nacionalismo cinero


Ha sido interesante ver las reacciones por dos eventos cinematográficos recientes: los diversos premios y nominaciones a tres películas dirigidas por mexicanos; y Apocalypto, la película de Mel Gibson que se desarrolla en el contexto de la antigua cultura Maya.

Los premios y las nominaciones han generado una euforia injustificada, no es extraño escuchar comentarios del tipo: El cine mexicano conquista Hollywood, o El cine mexicano ya está al nivel de Hollywood. A nadie se le ocurriría poner en duda el talento de Del Toro, Iñarritu y Cuarón, (Hasta el Pelele se subió al tren) pero el cine que representan no es el mexicano. Usted, querido lector, seguramente cinéfilo empedernido, evalúe la calidad de algunas de las películas estrenadas durante 2006 y que no sólo fueron dirigidas por mexicanos, sino actuadas, filmadas, y producidas aquí: Así del precipicio, Los pajarracos, Efectos secundarios, Cansada de besar sapos, Un mundo maravilloso, Bienvenido paisano, Hijas de su madre: las Buenrostro, y por supuesto, no podemos olvidar a la más taquillera: Una película de huevos.

Como pueden ver: efectivamente, pa' sentirnos orgullosos.

En cuanto a la película de Gibson -una película de acción que bien pudo haber estado ambientada en la antigua Roma, Grecia, Egipto, Japón, o en cualquier tribu africana-, las reacciones han sido aún más exageradas. Ahí tienen a investigadores (antropólogos, indigenistas, etc) despotricando contra el "alchólico Gibson", que según ellos ha ofendido y degradado a los mexicanos con su "bodrio", ya que presenta a los mayas como sanguinarios y crueles, y no muestra ninguno de los grandes logros de dicha civilización. No puedo opinar sobre la fidelidad histórica de la película ya que no se trata de una película histórica ni de un documental (y de que no sé un pito de historia sobre los mayas, pa acabar), sino porque se trata de una película de acción que, insisto, bien podía haber esstado ambientada en cualquier otro lugar. Resulta al menos original que Gibson haya elegido a los mayas como marco histórico y no romanos, griegos o samurais. El detalle de que la película esté hablada en maya me parece también un punto a favor. Hubiera sido muy fácil caer en las simplificaciones que exige el mercado gringo y ver mayas prehispánicos hablando inglés. No digo que sea una gran película, pero el defecto más destacable que le encuentro está en la producción, bastante piñata en particular con las pirámides.

Qué fácil resulta distorsionar las cosas nacionalismos mediante. Recuerdo una novela de Kurt Vonnegut: Madre noche. En ella el protagonista, acusado de doble espionaje durante la segunda guerra mundial, dice que si hay una bandera por la que en verdad daría la vida, esa sería la bandera que represente su nación de dos (ese país formado por él y su amada), verdadera patria.

Etiquetas:

martes, enero 30, 2007

Y el Nobel de literatura es para...

Al fin se le hizo a Vargas Llosa, nomás que tuvo que hacerse colombiano para conseguirlo...

lunes, enero 29, 2007

Ichi

jueves, enero 25, 2007

Los Bukis

No estoy seguro de cuándo fue la primera vez que escuche sobre la relación alcohol=literatura, aunque lo más probable es que fuera durante la preparatoria, en los talleres literarios, donde muchos descubríamos a Bukowski, algunos más a Poe, y otros a Lowry. En particular recuerdo el comentario de un contertulio: ya que no puedo escribir como Bukowski voy a beber más que él. No era el único que pensaba así. Al menos mi círculo social estaba lleno de bukowskitos (bukis, pa los cuates), y aunque yo también -como no- bebía olimpicamente y a la primera provocación, supongo que fue entonces cuando empecé a desconfiar de los escritores que se presentaban con la etiqueta de bebedores por delante. Quizá deba cambiar la palabra desconfiar por otra más precisa, digamos sospechar. Porque tanto así como desconfianza... pues no, pero sí la sospecha de que ahí había una justificación, un: como soy escritor, bebo; y su consecuencia más nefasta: no escribo, pero bebo: ergo soy escritor. También he conocido escribidores que no beben ni café porque lo consideran un método de manipulación gubernamental, y otros que son abstemios porque el alcohol les atrae tanto como a mí la contabilidad. Hay de todo. Pero los bukowskitos (fadanellitos, fantitos, etc...) abundan, y mucho más que los culturosos pretenciosos de Tijuana y la Condesa, aunque aquí no está de más precisar que estas especies se mezclan y mimetizan más de lo que usted, querido lector, podría imaginar.

Supongo que la primera vez que leí los relatos de Fadanelli, Yehya, Bares o Nachón, al igual que miles de lectores de ese legendario suplemento cultural del uno más uno dirigido por Huberto Bátiz, Sábado, quedé impresionado. Poco después se fue haciendo común encontrar textos canallas en los talleres literarios: textos que abundaban en excesos alcoholicos y sexuales, en el hastio de ser joven, universitario, inteligente y escritor (sic!!!). Pasó muy poco tiempo para que el realismo sucio de Sábado se conviertiera en ese existencialismo fresa lleno de vodka, cocaina y snif snif que hoy llena tantas páginas de libros, revistas, e incluso blogs.

Nivel

Etiquetas:

miércoles, enero 24, 2007

Lo infinitamente más dañino

Raro es el fin de semana en el que uno no se encuentre, al hacer un zapeo televisivo, con alguna batería de periodistas gañanes (ellos y ellas, aunque el término sea masculino) rajando de la difunta Carmina Ordóñez y de su también ya difunta adicción a las drogas. Cada vez que el tema de la droga es tratado por la prensa seria o por la chusca, las diferencias entre las dos desaparecen y parecen todos gañanes, mitad escandalizados, mitad complacidos, en todo caso moralizando y sermoneando con improbable hipocresía: porque son demasiados los reporteros, locutores, tertulianos y columnistas que dan la impresión de estar perpetuamente colocados con alguna mezcla explosiva, a tenor de lo que dicen y escriben. Cuando algún personaje famoso es pillado con drogas, se le impone una penitencia ortodoxa como requisito para ser “perdonado”. El personaje en cuestión ha de hacer una autocrítica digna de las purgas de Stalin (“Soy un imbécil, un enfermo, un pusilánime y una piltrafa, he ido con malas compañías que me han corrompido, pero esto va a cambiar, necesito ayuda y no quiero ser un esclavo”, es más o menos la letanía) y a continuación debe encerrarse en un centro de “desintoxicación” durante unas semanas, como prueba fehaciente de que está arrepentido y quiere quitarse de lo que tomara y seguramente seguirá tomando porque le da la gana. La sociedad, entonces, se muestra comprensiva con el pecador; lo ve expuesto, humillado, artificialmente contrito y avergonzado –en suma, lo ve castigado–; se reconforta pensando que los ricos y célebres son unos degenerados y que no vale la pena envidiarlos tanto, y finalmente los readmite al rebaño.

El proceso es tan farisaico y grotesco que no se entiende cómo lo soportan quienes tienen dos dedos de frente. Se trata de un paripé evidente, porque lo que está fuera de duda es que en los países occidentales o “desarrollados” la gente toma drogas a menudo, sea famosa o anónima y se dedique a lo que sea. Unos más, otros menos y la mayoría nada, desde luego, pero los que sí lo hacen son suficientes para que los narcotraficantes de cualquier rincón se cuenten entre los individuos más adinerados del mundo (los jefes, no los camellos). Hace poco se descubrió que un alto porcentaje de los parlamentarios italianos tomaba sustancias prohibidas; hace más tiempo se comprobó que la mayoría de los billetes de banco de varios países conservaban restos de cocaína; los deportistas se chutan de todo, los pobres ciclistas los más visibles; muchos jóvenes son incapaces de salir de farra sin meterse, como mínimo, media pastillita de éxtasis. Y lo que casi nadie se para a pensar, o eso parece, es por qué tanta gente le da a la droga. Los más descerebrados lo hacen por puro y tonto mimetismo o porque creen que así se sentirán más “enrollados”. Los más cerebrados, por lo que yo sé, sin embargo, ingieren o fuman o esnifan para aguantar el ritmo extenuante y enloquecido de las vidas que han de llevar por su trabajo, lo mismo que los deportistas se inyectan lo que sea en vena porque cada vez se les exigen resultados y marcas más sobrehumanos. Las sociedades capitalistas, cada día más frenéticas y competitivas, imponen una marcha que los humanos normales rara vez soportan sin recurrir a “algo”. En lo que a mí respecta, las ocasiones en que me he tomado “algo” han sido aquellas en las que tenía que hacer un gran esfuerzo o resistir más de la cuenta sin descanso (dar diez entrevistas en un día tras noche en blanco, por ejemplo), por lo que nunca he tenido oportunidad de sentirme “eufórico” ni he alcanzado ninguna “alucinación”, por desgracia (ya puestos …). (Sí, confieso haber sido entrevistado “drogado”; o quizá fuera “dopado”; o tal vez “pirado”; pero nadie, me temo, me notó nada de nada, una lástima.) Los Ministros de Sanidad se dicen muy preocupados por la salud de la gente (la nuestra, por cierto, Salgado, en vez de manifestarse contra la obesidad podía engordar un poco, para no dar mal ejemplo a las jóvenes). Pero no parecen caer en la cuenta de que la clandestinidad de las drogas no hace sino fortalecer y enriquecer a individuos sin escrúpulos que ocasionan mucha mayor mortandad (por lo general a tiros, o mediante adulteraciones de su mercancía) de la que causaría un consumo de drogas regulado y en manos de los Estados. Hemos leído que sólo la Camorra napolitana ha asesinado a tres mil seiscientas personas desde 1980. Y las cifras de Colombia y México deben de ser mucho más elevadas. Que las drogas son perniciosas lo sabe todo el mundo, hasta quienes las toman. Pero lo que resulta infinitamente más dañino es que estén en manos de organizaciones corruptoras y despiadadas que cada vez son más poderosas. Hay ya cárteles que poseen submarinos y aviones y ejércitos, y que recaudan al año más que no pocos países modestos. Si la gente quiere algo lo acaba consiguiendo, ha sido así siempre. Así que una de dos: o se les exige menos a nuestros ciudadanos, de manera que no necesiten echar tanta mano de productos químicos para mantener el ritmo, o se les permite y facilita la obtención de esas sustancias, en buen estado y controladas sanitariamente, y de paso se acaba con los desalmados que, gracias a tanta prohibición, persecución y “cruzada”, se han hecho de oro, y lo que se harán, Dios mediante.
JAVIER MARÍAS

Etiquetas: , ,

Espurio

Etiquetas:

lunes, enero 22, 2007

Operativos Teletón


Ya se comenta en Tepito: vienen los operativos.
-Ayer andaban por aquí los de la PFP -dice un cliente-, bien tempranito, yo los vi cuando iba a trabajar.
-Simón, ya van dos veces que vienen -dice Nacho, el diler en turno, mientras pesa en una minúscula báscula digital los 20 grms de ecológica que compro al mes.
Yo guardo silencio, y pienso en los operativos: hasta donde yo sé las tienditas abren apartir de medio día, cuando el tianguis está en su mejor momento. Miles de personas hacen sus compras: piratería de DVD y CD's musicales; ropa con etiquetas de El palacio de hierro y Liverpool, distribuidas por farderos; software pirata (SAE, COI, NOI, BANCO, CAJA y PROD, de ASPEL, por poner un ejemplo, en un sólo CD pirata por $15.00). No soy un experto, pero no imagino operativos en las horas pico del barrio, que es cuando hay también más actividad. Las experiencias previas no han dejado buen sabor de boca: peatones y clientes heridos, confusión. Los riesgos son grandes y poco controlables. Por las tardes, después de las cuatro, algunas calles de Tepito se convierten en pasillos del Titanic. Es decir: pareciera que alguien dio el grito de alarma: ¡Todos a sus botes! es a partir de este horario, y hasta entrada la madrugada, que el barrio se quita la máscara folclórica de tianguis y muestra su cara de guerra. Coca y piedra, son el menú principal. Y en realidad no es necesario buscar mucho, desde las mismas escaleras del metro Lagunilla se pueden ver indigentes fumando en lata y en tubitos metálicos que parecen antenas de televisor. Sin embargo tampoco estas son las horas escogidas para los operativos.

Los operativos, al menos en los últimos meses, se realizan en la madrugada: cateando vecindades que sirven más como bodegas que como habitación. En ocasiones aprehenden a tres o cuatro narcomenudistas, pero por lo general se limitan a catear las bodegas de piratería, de donde se llevan toneladas de material.

Has ido al barrio al día siguiente de un operativo? yo sí. Uno imaginaría los pasillos y los puestos vacíos, pero las cosas siguen igual. Operativos Teletón, pienso: Eventos organizados para no deducir impuestos. Desde muy jóven aprendi esa lección, formando parte de la infame Federación de Estudiantes Politécnicos: yo era coordinador cultural de la FEP, y cuando había que organizar un evento sólo tenía que solicitar, mediante una carta membretada, una donación de bienes a la empresa de mi elección. Yo solicitaba 50 cartones de cerveza y ellos me daban 15. En la declaración fiscal aparecía un rubro de donación por 80 cartones de cerveza a organizaciones juveniles. Así nos tienen contentos, me decía el entonces líder de la porra, y ellos no pagan impuestos. ¿Qué se llevan en los operativos? ¿Los discos que no se vendieron y que ya no es posible reciclar? ¿La mercancía defectuosa? Entiendo que Nacho y sus clientes, entre ellos yo, estén nerviosos por los operativos; pero entiendo todavía más su tranquilidad. Me guardo mi mercancía en los yarbonclos y bajo a la vecindad. De alguno de los departamentos sale una vieja canción de los Creedence clearwater revival: Who can stop the rain.

viernes, enero 19, 2007

Taco de lengua

De acuerdo a los comentarios del gobierno, del clero, y hasta de mis compeñeros de oficina (esa fuente inagotable de humor involuntario), el asunto de las tortillas:
No afecta a los más ricos porque ellos no comen tortillas.
No afecta a las clases medias porque nosotros (dixit mis compañeros de oficina) compramos tortillas de super (vamos: Tía Rosa y Milpa real)
No afecta a los más pobres porque ellos no compran tortillas, las hacen.

Etiquetas:

jueves, enero 18, 2007

Esta revolución no tiene rostro


En cambio para Wu Ming, el colectivo italiano, responsable inicial del fenómeno Luther Blisset, el camino es la colectividad.

En 1994 cientos de artistas europeos, activistas y bromistas adoptaron y compartieron la misma identidad. Se autodenominaban "Luther Blissett" y
surgieron para levantar polvareda en la industria cultural con un plan quinquenal. Juntos trabajaron para contar al mundo una gran historia, crear una leyenda y dar vida a un nuevo tipo de héroe popular. En enero de 2000 algunos de sus miembros se reagruparon como "Wu Ming", un colectivo de novelistas. El nuevo proyecto, a pesar de estar más enfocado hacia la literatura y la narrativa en el sentido estricto, no es menos radical que el anterior.


El proyecto radical que se menciona en el párrafo anterior no sólo recuperaba el anonimato en cuanto autores, como Luther Blisset, arropándose los miembros del grupo bajo el nombre de Wu Ming, que significa "anónimo" en chino, sino que comenzaron la publización de cuentos y novelas (la más famosa, Q, puede encontrarse a precios de risa en centros comerciales del D.F.). El objetivo en esta ocasión no fue sólo dar un golpe a la los medios de comunicación y en particular a la industria editorial y su manejo del copyright; sino crear novelas "habitables", invitar a los lectores a participar de estos mundos posibles y enriquecerlos con juegos de rol, cuentos y narraciones pertenecientes al mismo universo, puestas en escena. Poner a un mismo nivel la venguardia y la cultura popular. En una entrevista, Wu Ming 1 decía que el grupo se inspiraba en parte en el fenómeno del fandom y sus variantes (slashers, gamers, cosplay, bloggers), porque eran formas activas de participación. Queremos que la gente encuentre que los mundos posibles son más ricos que las historias narradas en nuestros cuentos y novelas. Mitopoiesis. A diferencia de la Hive mind de la Wikipedia, que me hace pensar en una Inteligencia Artificial omnipotente y estúpida, la colectividad de Wu Ming me recuerda por momentos a los terroristas de El libro de Manuel, de Julio Cortázar. Experimento literario, pastiche (como le llamaron ciertos críticos a las novelas del colectivo) revolución sin rostro, todos podemos ser Wu Ming.

Etiquetas:

martes, enero 16, 2007

Todos somos Wiki

(Interior de la cabeza del androide de Philip K. Dick)

Según Jaron Lanier, la Inteligencia Artificial que tantos han temido y otros tantos esperado con ansias, bien podría estarse gestando ya (aunque en estado primitivo) en los servidores que almacenan los archivos de Google y la Wikipedia. Sin embargo los comentarios de Lanier no son halagadores. Desde que la Wikipedia es una creación colectiva, mutante, donde la dirección es señalada por la mayoría (colmena, hormiguero, masa), y puesto que el hormiguero es por lo general estupido ¿qué tan confiable es su información, y de paso la posibilidad de la mentada IA? Quiero decir ¿500, 000, 000 fans de los Kumbia Kings están equivocados? Para Lanier es preocupante que personas que él considera creativas e inteligentes se muestren tan entusiastas por la "inteligencia colectiva" -hive mind pa los cuates- que mueve no sólo la Wikipedia, sino también fenómenos como American Idol, o Bailando por un sueño (realitys donde la interacción del público es mayor que en asuntos electorales de Estado). El hormiguero nunca será tan genial como el más genial de sus miembros ni, afortunadamente, tan idiota como el más idiota de sus miembros. Los individuos se pierden en la masa. Todos somos la Wikipedia.

Etiquetas:

viernes, enero 05, 2007

Back to the old house


Luego de un receso bloggero de casi un mes, esta bitácora reinicia actividades. El iPod también regresó de sus vacaciones, así que en breve tendremos soundtrack. Fiel a mi costumbre no hice propositos para este año, que promete estar más agitado que el anterior aunque sin circo electoral de por medio. La fiesta de fin de año fue familiar y muy emotiva, como no lo era desde mi adolescencia. Tengo que procurar no perderme tanto este tipo de cosas, ser/pensarse un solitario no es tan benéfico como a veces pienso. Hace un par de meses comencé a documentarme para iniciar un cultivo indoor de ecológica, ya me harté de compras inseguras y de no conseguir un dealer confiable, además de que los diferentes manuales de cultivo indoor que me he leído prometen material de la mejor calidad siempre y cuando seas lo suficientemente cuidadoso... y paciente. Comenzaré la siembra en febrero (mes recomendado por los que saben) y documentaré de cuando en cuando el proceso. Capaz que preparo un manual condensado por si alguien encuentra útil la idea y quiere experimentar. Alguien me dice por ahí que es bueno prevenir porque el Pelele no tardará en aplicar sus operativos patito en el defectuoso. I dont think so. Otra de las cosas de las que me hice en noviembre fue de una copia de A scanner darkly, la película. Desde que supe sobre ella me entusiasmé, no sólo por tratarse de una adaptación a una novela de Philip K Dick, sino además por el reparto (Reeves, Ryder, Harrelson, Downey Jr.), y por que sería una película animada del estilo Waking life. Oh desilusión, casi dos horas de hueva que bien pude haber desperdiciado jugando Age of empires.

Etiquetas:

jueves, enero 04, 2007

Narrativas 04

Iniciamos el año con el nuevo número (04) de la revista Narrativas, dirigida por Magda Díaz y Carlos Manzano.


Haz click aquí para descargarla en formato pdf.