TV or not TV
Dejé de ver televisión desde la última vez que me cambié de casa. No fue por una decisión política, ni siquiera cultural. Simplemente me quedé sin televisión. No la echó de menos. Desde niño le he tenido más apreció a la radio. Pero ha habido efectos colaterales. Podríamos decir que es como dejar de fumar. Una vez que lo haces, y luego de un poco de tiempo, comienzas a decirte: desde que dejé de fumar me siento más ligero, me canso menos, etc. Quizá la consecuencia más visible de este abstencionismo televisivo ha sido el creciente rechazo no sólo a la forma de presentarnos el mundo que tienen las televisoras, sino especialmente a la gente que basa su educación sentimental y sus opiniones en lo que este aparatito vomita. Se puede hablar del bajo nivel de la TV nacional (para jodidos, de acuerdo a Azcarraga padre), y de la manipulación de la información. Argumentos ya muy sobados. Lo que yo experimento al escuchar las opiniones de mis compañeros de oficina sobre Oaxaca, sobre las recientes y fraudulentas elecciones presidenciales, reality shows, música, y cuantos temas más, es algo similar a lo que siento cuando leo sobre esos gringos obesos que demandan a las cadenas de fast food por ocasionarles sobrepeso y problemas de salud. ¿Culparemos a la TV de nuestra propia estupidez? Azcarraga Jan y Salinas Pliego pueden decir misa si les apetece. Nadie me obliga a escucharlos ni a verlos, y si lo hago aún tengo la oportunidad de mandar a la mierda todo su tinglado. Los medios no te manipulan, tú se los permites.
1 Comments:
no faltara el lunatico que piense... "es que es tan dificil apagar la televisión" o la otra "yo tengo cable y no veo la tv comercial" los dos comentarios los remato con un PLOP al estilo condorito.
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