Mexican cinema VS Mexican cinema
Ficheras vs progres
Es común encontrar opiniones de gente revalorando el cine de albures y ficheras. Observándolo en retrospectiva, dicen, resulta que este periódo del cine nacional es una especie de nueva época de oro. Un cine cuyo objetivo principal era divertir al espectador; mostrar retazos de la cultura popular de esos años, frescos del barrio: Tepito, Peralvillo, La Merced; y sin estrellitas prefabricadas. A diferencia del mal llamado Nuevo cine mexicano que inundó de pedantería y aburrimiento las pantallas desde finales de los 80's.
What became of the likely lads
En lo personal, como alguien que vivió su adolescencia en los 90's, vi mucho de ese nuevo cine mexicano (NCM), mientras que del de ficheras había visto sólo una o dos y más por accidente que por ganas, alguna madrugada de insomnio en canal 9.
Sobre el NCM puedo decir que en principio, y al igual que muchos, me entusiasmé. La tarea, La mujer de Benjamín, Como agua para chocolate, Intimidades de un cuarto de baño, Anoche soñé contigo, etc, etc... me parecieron ejemplos a seguir. Pasaron algunos años para darme cuenta del embuste. Si bien algunas de esas películas permanecen conmigo, otras envejecieron de manera más bien pinche, mostraron el cartón piedra demasiado rápido, se convirtieron en vehículos de las egotecas de gente insufrible como los Ripstein, Hermosillo, Sistach, Retes, y demás directores que nunca terminaron de dar el estirón. De la propuesta inicial de finales de los 70's, de un cine con contenido más social y político, un cine "culto", pronto se pasó a comedias de situaciones cachondas y pseudo intelectuales (o al menos nice), donde los Bichir, los Bracho, la Zabaleta, Giménez Cacho, en su momento María Rojo, y más tarde DiEgo Luna o Martha Higareda, suplantaron a Luis de Alba, Alfonso Zayas, Rafael Inclán, Angélica Chaín, Maribel Laguardia, o Lyn May, a quienes por cierto los detractores del NCM y defensores del cine de ficheras y albures consideran grandes actores cómicos.
Sexo, verduras y lágrimas
El caso es que hace unas cuantas semanas decidí romper mis prejuicios contra el cine de ficheras y me compré 3 joyitas: La pulquería, Los verduleros, y El día de los alabañiles. La primera me hizo reir con sus leperadas tan al natural y esas escenografías de película de Pedro Infante. De hecho, entendí que Rafael Inclán, efectivamente, es o era un estupendo actor. Pero las siguientes 2... de hecho son las responsables de este pseudoreflexivo post. ¿Qué separa a Los verduleros de, digamos, Sexo pudor y lágrimas? Vistas a la luz de sus respectivas épocas y entornos se podría decir que Sexo, pudor y lágrimas tiene mejor factura técnica, que Susana Zabaleta tiene más "clase" que Rossy Mendoza; que Bichir, más que representar a los machos panzones, feos y nacos que conseguían a todas las mujeres, lidereados por Alfonso Zayas, representa a los neo yuppies que beben café en la Condesa, se comportan como adolescentes, se emocionan hasta las lágrimas con Fernando Delgadillo... y consiguen a todas las mujeres.
Kitsch es chido
La conclusión. Se trata del mismo cine, o mejor dicho: de cine con la misma intención. De un cine que retrata el espíritu de la época, los modelos de conducta. Si hace 20 y 30 años el mercado de los cineastas era el populacho, el barrio; ahora el mercado es una clase media pretenciosa pero educada, al igual que su generación antecesora, por Televisa. Una generación de treintañeros que se comporta como adolescentes de cualquier sitcom y que piensa, porque es kitsch, porque es lugar común, porque es lo de hoy, que ser retro y/o naco es chido.
Escuchando: Saint Germain - Des press café II
Es común encontrar opiniones de gente revalorando el cine de albures y ficheras. Observándolo en retrospectiva, dicen, resulta que este periódo del cine nacional es una especie de nueva época de oro. Un cine cuyo objetivo principal era divertir al espectador; mostrar retazos de la cultura popular de esos años, frescos del barrio: Tepito, Peralvillo, La Merced; y sin estrellitas prefabricadas. A diferencia del mal llamado Nuevo cine mexicano que inundó de pedantería y aburrimiento las pantallas desde finales de los 80's.
What became of the likely lads
En lo personal, como alguien que vivió su adolescencia en los 90's, vi mucho de ese nuevo cine mexicano (NCM), mientras que del de ficheras había visto sólo una o dos y más por accidente que por ganas, alguna madrugada de insomnio en canal 9.
Sobre el NCM puedo decir que en principio, y al igual que muchos, me entusiasmé. La tarea, La mujer de Benjamín, Como agua para chocolate, Intimidades de un cuarto de baño, Anoche soñé contigo, etc, etc... me parecieron ejemplos a seguir. Pasaron algunos años para darme cuenta del embuste. Si bien algunas de esas películas permanecen conmigo, otras envejecieron de manera más bien pinche, mostraron el cartón piedra demasiado rápido, se convirtieron en vehículos de las egotecas de gente insufrible como los Ripstein, Hermosillo, Sistach, Retes, y demás directores que nunca terminaron de dar el estirón. De la propuesta inicial de finales de los 70's, de un cine con contenido más social y político, un cine "culto", pronto se pasó a comedias de situaciones cachondas y pseudo intelectuales (o al menos nice), donde los Bichir, los Bracho, la Zabaleta, Giménez Cacho, en su momento María Rojo, y más tarde DiEgo Luna o Martha Higareda, suplantaron a Luis de Alba, Alfonso Zayas, Rafael Inclán, Angélica Chaín, Maribel Laguardia, o Lyn May, a quienes por cierto los detractores del NCM y defensores del cine de ficheras y albures consideran grandes actores cómicos.
Sexo, verduras y lágrimas
El caso es que hace unas cuantas semanas decidí romper mis prejuicios contra el cine de ficheras y me compré 3 joyitas: La pulquería, Los verduleros, y El día de los alabañiles. La primera me hizo reir con sus leperadas tan al natural y esas escenografías de película de Pedro Infante. De hecho, entendí que Rafael Inclán, efectivamente, es o era un estupendo actor. Pero las siguientes 2... de hecho son las responsables de este pseudoreflexivo post. ¿Qué separa a Los verduleros de, digamos, Sexo pudor y lágrimas? Vistas a la luz de sus respectivas épocas y entornos se podría decir que Sexo, pudor y lágrimas tiene mejor factura técnica, que Susana Zabaleta tiene más "clase" que Rossy Mendoza; que Bichir, más que representar a los machos panzones, feos y nacos que conseguían a todas las mujeres, lidereados por Alfonso Zayas, representa a los neo yuppies que beben café en la Condesa, se comportan como adolescentes, se emocionan hasta las lágrimas con Fernando Delgadillo... y consiguen a todas las mujeres.
Kitsch es chido
La conclusión. Se trata del mismo cine, o mejor dicho: de cine con la misma intención. De un cine que retrata el espíritu de la época, los modelos de conducta. Si hace 20 y 30 años el mercado de los cineastas era el populacho, el barrio; ahora el mercado es una clase media pretenciosa pero educada, al igual que su generación antecesora, por Televisa. Una generación de treintañeros que se comporta como adolescentes de cualquier sitcom y que piensa, porque es kitsch, porque es lugar común, porque es lo de hoy, que ser retro y/o naco es chido.
Escuchando: Saint Germain - Des press café II
Etiquetas: cine