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miércoles, octubre 31, 2007

Ahora ya estoy advertido: no hay que fiarse de un animal herido



Lo intenté por tercera vez, me enfundé en mi traje beige, miré hacia el suelo y me santigüé, y te encontré entre los escombros. Y aún quedaba un muro en pié, te vi apoyada en él y creo que lo hacías para no perder la fe. El Cristo en la pared se encogió de hombros.

Y tú con tu voz, esa voz y tu pálida piel, con tu brillo en tu pelo de trigo, con ese otro brillo que imagino tras tu abrigo, pasaste estos últimos inviernos al calor de un infierno construido en el amor para acabar en demolición. Me dices: ahora ya estás advertido, no te fíes de un animal herido ¿Y qué te iba diciendo yo? Me he perdido...

Lo intenté siete veces más, quería ver lo que hay detrás de tu imperturbabilidad y abrir tu puerta de cuarenta y tres candados. Te adiviné en tu balcón, silbando una larguísima canción, pensando ¿es esto lo correcto o no?, así que hice chas y aparecí a tu lado. Lo sabes, ahora ya estás advertido, no te fíes de un animal herido. Y yo: descuida, le mentí, soy un experto cazador ¿Lo has visto? Es mi mundo derruido, lo que hoy es puro mañana está podrido ¿y qué te iba diciendo yo? Me he perdido...

Mátame si ya no te soy de utilidad, mátame tras leer el mensaje, pero ahora me desnudaré sin quitarme el traje. Lo he visto: este mundo al derrumbarse. Que lo natural es odiarse, me dijiste, he de reconocer, con cierta convicción. Y entonces entonaste dulces gritos. Comenzó el más viejo de los ritos. Fuiste tú, fui yo, sencillamente fue algo superior. Y añadiste: si lo hacemos tonto mío, pues hagámoslo como es debido ¿Cómo es eso? pregunté, y tú me dijiste: justamente así no. Y paraste: me lo tengo prohibido. Y yo protesté empapado y más que aturdido, y ahora sí que si que yo me he perdido. Que ahora sí que si que sé que me he perdido, porque sólo es pensar en ti y acabar perdido. Porque sólo con pensar en ti me pongo perdido.

Nacho Vegas & Christina Rosenvinge

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martes, octubre 30, 2007

Lo que sea su voluntad

El detalle con el nuevo disco de Radiohead (In rainbows), no es si continuaron con la misma línea experimental de sus últimos discos o si regresaron a "sus raíces" de los 2 primeros. El detalle está en el hecho. Quiero decir, retar a la industria discográfica y proponer una nueva manera de promover un proyecto musical. No hay una compañía transnacional tras ellos, y sobre todo: apelan al cariño y valoración de los fans, a quienes piden por descargarlo... lo que sea su voluntad. Claro que no son los primeros en hacerlo, una pléyade de grupos de segunda y tercera (y muchos llaneros), llevan tiempo subiendo sus trabajos a la red en la mejor tradición DIY. También Prince, hizo algo similar años atrás. Qué diferencia con la mamona actitud de Metallica, que durante la efervescencia de los P2P llamaban piratas a los fans por descargar sus rolitas. El experimento de Radiohead es interesante además porque permitirá evaluar qué prefieren los fans: comprar el cd físico (material extra incluído) o descargarlo. Y en este último caso ¿cuánto creen los fans que es el precio justo?

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Just like heaven

Sobre la superficie de uno de los casing han salido alrededor de 20 cabecitas de hongo. Van creciendo despacio, gracias al frío, pero día con día los ves estirarse. Parecen aliens, me dice una amiga. De aquí al siguiente fin de semana habran crecido al menos 3 veces su tamaño actual. Expectación.

El concierto de The Cure superó las expectativas. Más de 30 canciones, casi 3 horas. La lluvia fue sólo una amenaza, el frío no caló. Just like heaven.

miércoles, octubre 24, 2007

Manchas de sangre

Una de las cosas a las que me dediqué durante 2006 y parte del 2007 fue a beber. El resultado, además de acidez estomacal, fueron varios kilos ganados, con lo que dejé atrás mi imagen de eterno flaco. En sólo unos meses mi vientre antes plano se hinchó como el de un recién casado. Mi ropa comenzó a quedarme justa, en especial los pantalones. El cinturón también dejó constancia de su incapacidad para detener mis carnes. Entonces vino la acidez. Un dolor constante se instaló en la boca de mi estomago, la diarrea se hizo habitual, así como los repentinos sudores y las migrañas, pero no fue sino hasta el día en que vi las primeras manchas de sangre en el papel higiénico que pensé haber ido demasiado lejos. Hipocondríaco que soy tenía miedo de ir al doctor y escuchar que mi higado y mi estomago estaban destrozados. Esto fue durante julio de 2007. Y supongo que de no haber sido por la alarma de mi cuerpo, hubiera seguido bebiendo amparado en el pretexto de mi depresión y tu ausencia. Pretexto inutil además porque ni mi depresión ni todas las botellas que pudiera beber iban a traerte de vuelta, y mucho menos iban a ayudarme a conseguir un cambio para bien en mi vida, por el contrario: anunciaban dejarme nuevas heridas.
¿Cuál era el menú de esos días? Un vaso grande -tipo jugo- de jerez a la hora de la comida, otro más saliendo de la oficina (a veces dos, si hacía alguna escala en el centro), y un número variable de cervezas al llegar a casa. Eso entre semana. Los sábados y domingos no tomaba jerez, pero el número de cervezas aumentaba considerablemente. Hubo varios domingos en que no sé cómo llegué a casa. ¿Que me la pasaba de fiesta? Ja, de ninguna manera. Lo mío no era social, ni tampoco se trataba de algún método para convertirme en escritor del realismo sucio. No, se trataba de algo solitario y autodestructivo. Era beber y echarse a caminar, y luego volver a beber y seguir caminando. No había sabiduría callejera, ni amigos. Tampoco estabas tú. En cambio estaba mi vientre hinchado, mi olor a alcohol en horas de oficina, mi departamento desordenado y oscuro, y manchas de sangre en el papel higiénico... Luego vino ese fin de semana tan horrible, y el hastío. Hastío de mí, de dolerme tan a lo pendejo, de mi destrucción sin gracia ni gloria. Al día siguiente dejé de beber y, cosa rara, en menos de una semana mi estomago mostró sígnos de mejoría. Se acabó la acidez, regresó mi apetito normal, se acabaron las manchas de sangre. Y aunque en principio no lo noté, también comenzó a desaparecer mi panza prematura. Hoy mis ropas vuelven a quedarme holgadas, el trabajo estancado volvió a prosperar, la vida social aumentó también, reencontré amigos, perdí otros más, terminé proyectos, he dejado de usar la bebida como muletilla.

También es cierto que tú sigues estando ausente y que mi mente te lleva hasta mi cama cada noche, pero, hey ¿quién dijo que el mundo era perfecto? Al menos he vuelto a estar delgado.

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lunes, octubre 22, 2007

Curándose en salud


Hoy por la noche, luego de más de 10 años de espera. The Cure. Al fin.

El cultivo de hongos va muy bien, luego de la contaminación pude rescatarlo y aunque va lento ya empiezan a formarse los primordios. Espero que para mi cumpleaños ya esté listo este asunto.

A proposito de hongos psiloscibes: FSRE, el site europeo que te enviaba un print de esporas de la variedad que quisieras a cambio de un euro, está por desaparecer. No a causa de problemas con la ley, ni por falta de asiduos, sino por falta de stock. Es decir: se acaban las esporas. La forma en que ha funcionado FSRE desde su inicio es la siguiente: revisas el catálogo, haces tu elección, envias 1 euro y tu solicitud, y un mes más tarde tienes tus esporas. El detalle es que en tu solicitud te comprometes a enviarles al menos un print en cuanto tu cultivo haya fructificado. Así que la conclusión lógica es que quienes han solicitado esporas no se han molestado por responder con la misma moneda y el intercambio se ha truncado. ¿Llega a su fin la comunidad? Recuerdo que por años tuve la inquietud de sembrar hongos y que no lo pude hacer por falta de esporas. Si ahora tengo stock de 5 variedades de psiloscibes distintas es, entre otras cosas, gracias a FSRE.

Me encontré con un puesto de libros de saldo por el Metro Hidalgo. Más de 15 títulos de Editorial Minotauro en 40 y 20 pesos... Nuevos!!! De momento leo Milenio negro, de JG Ballard y el vol 2 de los cuentos completos de Philip K Dick, pero ayer me encontré en la feria del libro con El mago, de César Aira, a quién tengo muchísimas ganas de leer, así que la lista de lecturas se incrementará.

Por cierto de ferias de libro y hallazgos: de hace varios años para acá las ferias del libro (al menos la de minería y la del zócalo) tienen en común no ofrecer mejores precios que en Gandhi, ni llevar títulos descontinuados -sólo novedades y clásicos-, de manera que son más bien exposiciones en las que puedes pasearte con la novia o los amigos. Extraño los botaderos donde podías encontrar casi todos los títulos de las colecciones de Bruguera y muchas más descontinuadas por entonces, como Super Ficción, de Martínez Roca, y muchas más, a precios de estudiante mexicano. Gracias a ferias como esas me hice de bastantes títulos que hoy son casi inconseguibles. Pero no todo es pérdida. Ayer, en la feria del libro del zócalo, pude comprar La noche es luz de un sol negro, primer libro de cuentos del buen Edgar Omar Avilés (quien siempre me cambia el nombre), ya comencé a leerlo (ya conocía varios de los textos) y puedo decir que pinta mucho muy bien. Enhorabuena, Omar, estaremos pendientes de la presentación y lo que venga.

Sí... de lo que venga.

pd.- Ahora lo sé, ambos tomamos la mejor decisión. No regrets.

martes, octubre 02, 2007

Ñoño es mejol!

Supongo que eran chinos, pero no estoy muy seguro. Siempre se me ha dificultado identificar el acento. El caso es que llegaron al puesto y miraron las playeras: Mauricio Garcés, Tin Tan, El Santo, El Chavo del 8, Don Ramón, Kiko y La Chilindrina. Agarraron algunas y con exclamaciones que nosotros tomamos por entusiastas empezaron a medirselas y a preguntar el precio. Cien pesos. Dijo Ray, convencido de que el kitsch es lo de hoy y de que nadie como los orientales para confirmarlo. Los chinos empezaron a buscar sus modelos preferidos. De aquí sale para las chelas y la lasaña, pensé. Entonces uno de ellos, el que mejor chapurreaba el español, nos preguntó si teníamos de Ñoño? ¿Ñoño? Nunca se nos hubiera ocurrido sacar un modelo con su imagen, tampoco se nos ocurrió que el chale preguntara en serio, de seguro, pensamos, quiere quedar bien mostrando sus conocimientos de TV basura mexicana. No, de Ñoño no tenemos, le contestó Ray. Entonces, con una sonrisa cercana a la pena, el chino nos devolvió las playeras al tiempo que nos decía agitando las manos (para que nos enteráramos): ¡Ñoño es mejol!

¿Recuerdan el cultivo de cubensis que iba tan bien? Sí, ese que pasó la prueba de las contaminaciones y que ya se había ganado un casing? Pues ayer feneció. El casing iba de maravilla, el micelio ya comenzaba a asomar sobre la superficie. Y era de un blanco perfecto, algodonoso. Entonces descubrí lo que parecía una mosca de la fruta en una esquina... Pero si la fructificadora estaba bien cerrada, pensé. Y entonces, en una de las orillas del casing, (¡el horror el horror!) vi una pequeña larva blanca retorciéndose de emoción. Abrí el pan y... la superficie inferior del casing estaba llena de larvas!!! Los expertos de shroomery dicen que eso me pasó por no esterilizar el compost el tiempo suficiente... Así que rompi el pan, lo desmenucé y a quitar toda la parte contaminada. Tiré más de la mitad. Con lo rescatado hice dos casings pequeños y los metí en la fructificadora. Y aún así no tengo la seguridad de que alguno vaya a salvarse. Si un puto huevecillo se me fue... Adiós cosecha. En fin. Nada mejor para aprender que este tipo de errores. De cualquier manera, ayer mismo preparé un par de panes más y de nuevo a cruzar los dedos. Shit happens.

lunes, octubre 01, 2007

Sueños

A veces me das miedo, dice Pam. Me lo dice mientras se quita de los ojos un mechón de pelo. Y por qué miedo? pregunto. Anoche, me cuenta, te despertaste en la madrugada y me preguntaste dónde estabas. Te dije que estabamos en tu cuarto, en tu departamento. Tú abriste los ojos muy grandes y me dijiste que ya sabías que estabamos en el cuarto, en el departamento, en el edificio, pero que dónde estabamos. No supe que decirte. Tu volviste a quedarte dormido. Ah, eso... le digo, es que a veces tengo sueños muy vividos, ¿no te ha pasado que aveces no sabes si soñaste algo o si lo viviste? No, me contesta, no me ha pasado. Yo pienso que acaba de perder la oportunidad de contestarme que, por ejemplo, en ese momento sigo dormido y ella sigue en Xalapa, que no hemos pasado juntos el fin de semana, y que no habré de despedirme de ella por la tarde. Que todo ha sido un sueño. Pero yo no pierdo la oportunidad, y por si las dudas, antes de que algo me despierte, vuelvo a hundirme en su cuerpo.